Última actualización: 29. mayo 2020

Hola, ¿cómo estás? Vuelvo desde The Hidden Portal para compartir contigo todos los secretos del lado mejor informado de la Web. ¿Has podido aplicar a tu dieta el truco del Plato Saludable de la semana pasada? ¿Te ha dado buenos resultados?

Hoy, te propongo que combinemos el “truco” del Plato Saludable con el concepto de densidad calórica, una propiedad de ciertos alimentos que te permitirá bajar de peso sin pasar hambre. ¡Un sueño hecho realidad!

Adelgazar comiendo: El secreto de la densidad calórica

El término “densidad calórica” es una forma elegante de indicar si un alimento está más o menos “cargado” de calorías.

Un alimento calóricamente denso contendrá mucha energía en poco volumen. La carne (corte graso) o el chocolate son ejemplos de comida que aportan muchas calorías aún en piezas pequeñas. ¡Y recuerda que un alimento puede ser “sano” y tener una gran densidad calórica! Este es el caso de los aguacates o los frutos secos.

Por el contrario, un alimento con una baja densidad calórica aportará poca energía incluso aunque se consuman porciones grandes. Las verduras son perfectos ejemplos de alimentos con poca densidad calórica, ya que gran parte de su composición es agua (“el único compuesto que no engorda”, ¡según uno de mis profesores de la Universidad!)

¡Es hora de practicar! Sácale partido a la densidad calórica.

Estoy segura de que ya has adivinado lo que voy a proponerte. Sustituir los alimentos muy densamente calóricos (carne grasa, aceite, lácteos grasos y alimentos procesados) por otros con una densidad calórica baja (verdura, fruta y carnes magras) te ayudará a perder peso sin esfuerzo.

Y es que se ha comprobado que al consumir alimentos con una densidad calórica baja, es posible sentirse “saciado” comiendo más y adelgazar al mismo tiempo. ¿No es maravilloso? Y hay más. ¡Puedes utilizar esta propiedad para transformar tus platos desde cero! Sí, como lo oyes:

  • Un primer plato saludable: ¿Eres de los que solo toma un plato principal a la hora de comer? Si quieres perder peso, es posible que debas cambiar ese hábito. Se ha demostrado que añadir un entrante “rico en agua” (es decir, una sopa, un gazpacho o una ensalada) hace que tomemos porciones más pequeñas de los platos principales, reduciendo nuestro aporte de calorías sin darnos apenas cuenta.
  • Verduras “ninja”: Seguro que conoces a alguna familia que tiene que “esconder” verduras entre la comida de los niños para conseguir que los más pequeños se nutran adecuadamente. Resulta que esta “simpática” estrategia también funciona con los adultos. Al mezclar pasta y verduras, por ejemplo, se logra reducir las calorías totales del almuerzo sin producir sensación de “habernos quedado con hambre”. Además, añadirás fibra y vitaminas del grupo B a tu plato.

¡Recapitulemos!

  • La densidad calórica nos indica la cantidad de calorías que un alimento contiene en relación con su peso.
  • Si nuestra dieta se compone de alimentos con una densidad calórica muy alta, engordaremos aunque comamos pequeñas porciones de comida. Ocurrirá lo contrario si elegimos productos con una densidad calórica baja.
  • Podemos reducir la densidad calórica de nuestros platos utilizando entrantes ricos en agua (sopas) o verduras.

Si estás intentando bajar de peso, espero que haber descubierto la densidad calórica te ayude a lograr tus metas de forma saludable. Y lo más importante, ¡sin pasar hambre! Si te ha quedado alguna duda sobre este concepto, por favor, escríbeme. Te responderé lo antes posible.

En mi próximo correo, daremos un giro de 180º y nos adentraremos en el mundo de los suplementos deportivos. ¿Eres aficionado a ellos? ¿Crees que son útiles o, por el contrario, una pérdida de dinero? Hablaremos de ellos la semana que viene.

Hasta entonces…¡Cuídate mucho!

¿Por qué puedes confiar en mí?

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