Última actualización: 30. junio 2020

¡Hola! Te saludamos de nuevo desde The Hidden Portal con ganas de compartirte nuestro expertise sobre belleza y cuidado personal y aprender juntas en el proceso. ¿Te gustó nuestro tema de la semana pasada? ¿Ya manejas la técnica del contouring como toda una profesional? Si te quedaste con dudas por favor escríbenos, estamos dispuestas a apoyarte.

Nos encanta escribir sobre maquillaje y explorar la infinidad de opciones que existe para jugar con tu apariencia en cuestión de minutos. Una herramienta fundamental para poder hacerlo bien es el corrector, y es justo de lo que te hablaremos hoy: cómo seleccionar el tono idóneo para ti.

El corrector es nuestro mejor aliado cuando queremos disimular manchas, cicatrices o hematomas. Pero sobre todo, es el soldado ideal para combatir las temidas ojeras. Eso, siempre y cuando elijamos el color adecuado.

Lo básico

Lo primero que tienes que saber es que si optas por el clásico corrector beige, este debe ser uno o dos tonos más claro que tu color de piel. Si eliges un tono demasiado oscuro, lograrás un efecto contrario al que buscas e intensificarás las ojeras o imperfecciones.

Lo siguiente es que ese tono clásico no siempre funciona porque las ojeras vienen en diferentes presentaciones. Hay mujeres que tienen la piel más azulada y necesitan un tono de corrector que se incline más hacia el amarillo. De esa forma disimulan la oscuridad y le aportan frescura al rostro.

En cambio, es posible que tu piel sea muy clara y lo que necesites sea un corrector más rosa que te ayude a esconder a las testigos de tu cansancio. Pero si tu piel es más morena, los correctores en tonos melocotón son la mejor solución cuando busques disimular tus ojeras.

Bonus: Aquí viene un tip que a muchas las sorprende: para disimular rojeces o granos, el corrector verde es mágico.

¿Has intentado seguir estas recomendaciones y aún no logras que el tono del corrector se integre de forma natural? Atrévete a explorar. Muchas marcas venden paletas con distintos colores de correctores para que los puedas mezclar y encontrar la mejor tonalidad para ti.

Cómo aplicarlo correctamente

Una vez identificado el tono ideal para tu piel, confirmemos si la técnica con la que te estás aplicando el corrector es la más efectiva. Los expertos recomiendan hidratar la zona antes de aplicar el producto para que no se cuartee.

Luego, aplica una cantidad moderada del corrector con el dedo anular, una brocha o una pequeña esponja en forma de golpecitos sutiles. A continuación, difumínalo hasta que se camufle haciendo movimientos circulares. Sella el efecto con polvos compactos.

Qué no hacer

Hay errores que se repiten cuando experimentamos con el corrector y que debemos evitar para no frustrar nuestra experiencia con este artefacto. Aquí van:

  • Elegir un corrector demasiado claro para nuestra piel, creando un efecto artificial y simulando que acabamos de llegar de esquiar.
  • Usar el corrector para tratar de esconder bolsas y líneas de expresión. El corrector no sirve para disimular el volumen, lo que hace es jugar con las tonalidades.
  • Usar demasiado producto queriendo abarcar más. Si caemos en esto el resultado será menos natural.
  • Elegir un corrector muy espeso. Lo ideal es que su textura sea ligera y se disimule con facilidad.
  • Usar un tono demasiado oscuro. Como ya habíamos mencionado, esto acabará por magnificar las imperfecciones y hacer que las ojeras se vean más profundas.
  • No usar polvos compactos. Puede parecer una medida innecesaria, pero el corrector tiende a desplazarse con facilidad. Si dejamos que esto suceda, nos arriesgamos a acabar con efectos indeseados. El polvo debe ser muy fino para no sobrecargar la zona.
  • Pretender iluminar el rostro con el corrector. Esta no es la finalidad del producto, para ello existen otros cosméticos como el iluminador o, dependiendo de lo que se busque, el colorete o los polvos.

¡Recapitulemos!

  • Cuando se opta por el clásico corrector beige, el que elijamos debe estar dos tonos por debajo de nuestro color de piel.
  • Hay muchas más opciones dependiendo del color de las ojeras: si son azuladas es mejor un tono amarillo. Si la piel es muy clara lo ideal es un tono asalmonado. Si es morena, un tono más anaranjado.
  • Aunque resulte sorprendente, un corrector verdoso puede funcionar muy bien para esconder las zonas rojas de la piel.
  • Es importante hidratar antes la zona, no aplicar demasiado producto y hacerlo en forma de pequeños golpecitos sutiles. 

Podríamos seguir extendiéndonos por horas y analizando con más detalles las diferentes posibilidades para aplicar el corrector. Pero como todo tiene un final, se nos acaba el tiempo y ha llegado la hora de decir: ¡hasta pronto! Si quieres saber más sobre el tema, puedes leer nuestro artículo sobre correctores.

Nos vemos la próxima semana con un tema igual de interesante y fascinante.

¡Adiós!

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