¡Hola! En nuestro último correo de The Hidden Portal te platiqué sobre el uso del efectivo y las tarjetas de débito. Como recordarás, con ambos métodos de pago compras con dinero que tienes. Sin embargo, las tarjetas de crédito funcionan de una manera diferente.
Con una tarjeta de crédito, cada vez que realices una compra adquieres un compromiso de pago –es decir, una deuda–. Así, todos los pagos que realices con tu tarjeta se acumularán. Esto sucede comúnmente durante un periodo de 1 mes. Al término de este mes tendrás entre 10 a 30 días –según tu banco– para pagar todas las compras que has realizado. Este lapso se conoce como “periodo de gracia”.
Como verás, la principal diferencia entre pagar con débito o efectivo y una tarjeta de crédito es que con la segunda adquieres deuda, pues estás usando un crédito. Y, aunque muchas veces la gente le teme a las deudas, debes saber que las deudas no son esencialmente malas. Una deuda solo es “dañina” cuando:
- No puedes pagarla.
- Restringe considerablemente tu presupuesto.
Y aunque una tarjeta de crédito genera un descubierto, si pagas su totalidad acabará rápidamente la deuda. Además, una tarjeta de crédito puede darte muchos beneficios que difícilmente obtendrías pagando con débito o efectivo. Por ejemplo:
- Recompensas por usarla: La mayoría de tarjetas de crédito te las otorgan. Las tres recompensas más comunes al realizar compras son: 1) devolución de efectivo; 2) puntos para comprar; 3) acumular millas para viajar.
- Seguridad: Casi todas cuentan con protección contra robo y fraude. Por lo que, aunque te quiten tu tarjeta y realicen cargos, el banco no te hará responsable de pagar por ellos.
- Financiarte con intereses mínimos: Supón que repentinamente han dejado de funcionar tu refrigerador y tu lavadora. Comprarlos nuevos y en un pago puede acabar con tus ahorros. Sin embargo, pagando con una tarjeta de crédito tienes las opciones de diferir el pago en varios meses. Algunas veces pagas intereses bajos o, en los mejores casos, sin intereses.
- Controla tus finanzas desde una app: La mayoría de bancos tienen aplicaciones desde las cuales puedes controlar casi todos los aspectos de tu tarjeta. Esto significa que puedes pagarla desde tu móvil o crear una tarjeta digital que te permita realizar compras en Internet de una forma más segura.
- Promociones: Algunas veces los bancos logran convenios con las tiendas departamentales para hacerte mayores descuentos por pagar con sus tarjetas.
- Genera historial crediticio: A los bancos y prestamistas les importa saber que pueden confiar en ti para un préstamo mayor, como una hipoteca. Si siempre pagas puntualmente tu tarjeta de crédito, generarás un buen historial. Así, al solicitar un préstamo mayor puedes obtener mejores condiciones, como un enganche o una tasa de interés más bajos.
A pesar de todos estos beneficios, existen varias razones por las que podría ser mejor que no tramites una tarjeta de crédito:
- Haces compras impulsivas: Tener una tarjeta de crédito y ser impulsivo te puede llevar a endeudarte. Si las realizas, o eres un comprador compulsivo, es mejor que evites una tarjeta.
- Casi todos los meses te acabas tus ingresos: Una tarjeta podría darte la sensación de que tienes más ingresos. Sin embargo recuerda que todo lo que gastes con tu tarjeta lo tendrás que pagar. Por eso, si tus ingresos y gastos están muy justos podrías estar en riesgo de no pagar la totalidad de tu tarjeta de crédito.
- Olvidas tus fechas de pago: Estas tarjetas te permiten comprar sin intereses si no excedes la fecha de pago. Pagar tarde significa pagar intereses. Aunque depende mucho del país en el que vivas, los intereses suelen ser elevado si no pagas a tiempo.
Tips para llevar:
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Cuando se trata de crédito, me gusta parafrasear una película y decir: “un gran crédito conlleva una gran responsabilidad”. Por eso, al decidir entre efectivo, débito y crédito debes autoevaluar cuán responsable eres.
Una tarjeta de crédito puede llevarte a una pesadilla financiera o abrir la puerta a nuevas oportunidades; la ruta depende de ti. ¡Hasta la próxima!